Por Charly Esperanza para PPA /// Sueño cumplido, Skay desparramó la mística ricotera por toda la ciudad. “Es una noche especial, no te la vas a perder, toca el corazón de Patricio Rey,” cantaba el millar y medio de fanáticos que colmó UMMA para el primer show de Skay Beilinson y Los Fakires en la Tierra Colorada. Detalle que explica (para quien busca explicación donde el corazón le gana terreno a la razón) el motivo de tanta euforia desatada tras años de contención.
Fue la primera vez que (parte de) la mística de Patricio Rey se liberó en la provincia de Misiones y El Corazón de la banda que supo convocar a las tribus en una ferviente peregrinación hacia lejanos rincones del país saldó, y con creces, esa deuda pendiente con Misiones y deleitó con sus pasos de guitarra y penetrante voz, a quienes decidieron formar parte de su historia.
El sol todavía brillaba fuerte cuando cientos de pieles que no pueden huir a la tentación del rock comenzaron a ocupar las veredas que rodean al espacio UMMA. Las canciones cantadas por la gente, extraídas de la cultura futbolera trasladándose a los recitales del rock nacional, crecieron espontáneamente en la fila que se extendía para ingresar al epicentro del deseado encuentro. Además de los fans ricoteros de la provincia, llegaron a Posadas visitantes de de Corrientes, Formosa, Chaco y Buenos Aires, además de los hermanos paraguayos, para agregarle un agregado necesario a la sensación de vivir “una noche especial”, como anticipaba la canción.
UN CORAZÓ LATIENDO EN LA MULTITUD
A las 22:30 horas, cuando se apagaron las luces y las siluetas de Skay y Los Fakires comenzaron a divisarse entre los flashes, “Arcano XIV” sonó con la intensidad propia del tema elegido para hacer crecer al fuego de los cuerpos que se convirtieron en potables leñas bajo el escenario. Luego siguió “El Gourmet del Infierno” (basado en el riff de "La Espiroqueta", de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota), como primera referencia dirigida al pecho de los eternos estudiosos ricoteros para dar la bienvenida al show. La exquisita “Oda a la Sin Nombre” surgió entre el vapor de los cuerpos precalentados para dibujar sonrisas en los perros salvajes al compás de una suave melodía, mientras la Parca, siempre compañera, se sentía bailar por detrás.
Una intensa seguidilla formada por “Ya lo Sabes”, “El redentor Secreto”, “Aplausos en el Cosmos” y “Los Caminos del Viento”, con el sonido de la guitarra siempre al frente, demostraron la sana intención de Skay Beilinson de repasar la totalidad de sus discos en la etapa solista, compuesta por un total de seis ediciones luego de la separación de Patricio Rey.
Y es que luego de la etapa de obligada lejanía de la masividad luego de la finalización del irrepetible fenómeno generado por Patricio Rey, lo liberó de tocar en grandes estadios para así abocarse a organizar conciertos en lugares más exclusivos, y con menor capacidad.
El teclado se lució, como era de anticipar, en la intro de “Flores Secas” mientras el coro de la gente simulaba cada acorde de la guitarra en una costumbre repetida por el público que no puede evitar el deseo incontenible de ser parte absoluta de la fiesta. Al toque, el primer pogo desbocado por la adrenalina ricotera se produjo con “Nuestro Amo Juega al Esclavo”, cerrando la primera etapa del