Los niños están continuamente explorando el entorno que les rodea. Esto hace que jueguen con todo lo que está a su alcance.
▪Guardar los productos de limpieza inmediatamente después de utilizarlos, en lugares de difícil acceso para los niños, como en los armarios de mayor altura, bajo llave.
▪No dejar los productos de limpieza a la vista de los niños, especialmente si tienen colores llamativos.
▪No guardarlos en envases diferentes del original como en botellas de agua o gaseosa. Esto puede confundir a los niños.
▪Tener el menor número de productos de limpieza necesarios y deshacerse de los sobrantes.
▪Educar al niño haciéndoles ver que esos productos no son para su uso.
▪En el caso de ingestión acudir de inmediato a un centro de salud.